jueves, 10 de noviembre de 2011

Un poquito de Respirar...

Uno de los mejores cantautores de los últimos tiempos es Carlos Chaouen. Como los buenos artistas, este gaditano tiene tantos seguidores como detractores: o te apasiona o no te gusta, pero no suele dejarte indiferente. El concierto de presentación de ayer, en la sala Malandar de Sevilla fue eléctrico: lleno de fuerza, de pasión y de acordes que envolvían la sala.
Las canciones del nuevo disco, 'Respirar', están llenas de vida, de vivencias, de reflexiones y de alma. Desde el existencialismo heideggeriano más puro de 'Objetos perdidos' hasta los instintos más básicos del ser humano de 'Animales', el último trabajo de Carlos Chaouen es una maravilla para los oídos.
 La carta de presentación de este disco, además de la composición de Chaouen, está avalada por la producción de Joaquín Calderon, cuyos trabajos destacan por el buen hacer y una calidad musical inmejorable. El disco - perdón si en algunos momentos habla mi frikicantautorismo - es un verdadero regalo: canciones acompañadas por una banda que le da la fuerza que necesita la canción, acompañadas de otras que recuerdan a aquellas primeras composiciones como 'Dos mitades' o 'Si yo fuera'. Este es un disco para escuchar, como dice Fernando González Lucini, con un "rito de escucha relajada", saboreando cada acorde y cada inflexión de la voz rota de Chaouen.

Si tu boca es un cántaro de agua tengo sed,
si tus pechos son las nubes por el aire, lluéveme y siente la evanescencia
Que si Cristo levantara la cabeza, nadie le daría de beber
así se metiera en la caseta de la feria de la peña 'El Cargador', que lleva su barrio a cuestas. 'Desatado'


El disco va jugando con la fuerza de canciones arropadas por la banda, como 'Orden de disparar' (brutal en directo) o 'Animales' con otras más pausadas y llenas de significado, como 'Desatado' o 'Flores secas'. En algunas composiciones, como 'Este querer', se deja ver al Carlos Chaouen más andaluz, con toques incluso ruibalianos que vuelven a los orígenes de este compositor. Todo una joya para los amantes de la canción de autor y de la buena música.


"Y no me digas nada, si me monto en un velero
y en vez de a vela, que vaya a besos
y que no ande si no te quiero". 'Este querer'


Presentación del disco (falta el CD, con el que me estoy deleitando en estos momentos)
Una de las cosas que más me ha gustado de este disco es su presentación y su precio. El estuche es este modelo de "cartón" que se ha puesto de moda en los últimos años - perdonad que no sepa el nombre técnico - y que tiene un tacto que a mí particularmente me encanta. La portada está diseñada por Pedro Barriga y consigue un efecto precioso con la imagen. Cuando abres el estuche, ¡oh, sorpresa!, te encuentras con el CD y un DVD con el 'making of' de respirar y las canciones 'Flores secas' y 'Este querer', todo un detalle para los coleccionistas. Y por supuesto, el libreto, con fotos de Arudavel, Gustaff Choos y Valentín López que acompañan a las letras de las canciones. Una presentación bellísima. Y lo mejor de todo. Por tan sólo 12 euros. Sí, habéis leido bien. Edición muy bien cuidada, CD+DVD y sólo 12 euros: la prueba de que se puede hacer un trabajo técnico de calidad y que no sea una clavada para el bolsillo. 

Volviendo al cantautor, si después de seis discos y dos recopilatorios es capaz de seguir escribiendo letras como las que nos ofrece en este disco es que la cabeza de Chaouen todavía tiene fuerza para seguir emocionándonos y tocarnos esa fibra oculta que nos despierta de golpe escuchando sus canciones.
 


"El tiempo que no se pierde que siempre es presente, que es el terciopelo de la muerte, 
que no se puede conceder, que es concedido". 'El tiempo'

lunes, 11 de abril de 2011

Alfonso, el cantautor

Mi amigo Alfonso es cantautor. Es ese tipo de personas que es capaz de radiografiar el alma de una ciudad tan sólo con una guitarra. Que vive la música y se aferra a ella como un náufrago, como un robinson que se pasea de bar en bar para que todos los que tengan un momento en esta ajetreada vorágine puedan respirar sus canciones.
Alfonso no hace música, no solfea. Alfonso filosolfea a través de sus textos, de sus acordes, de esa voz que no se rompe a pesar del tabaco. Cada martes, Alfonso se baja en la estación de las esperanzas y sueña que se acaba la crisis, que la gente sale a los bares y que el mundo todavía tiene arreglo.
Mi amigo el cantautor no canta solo. Se rodea de otros como él que creen que todavía hay esperanza para la música. Que, guitarra en bandolera, se pasean por las calles con discos en la maleta esperando que alguien quiera escucharlos. Que no todo es OT y grandes contratos discográficos. Que todavía se puede hacer música con el corazón, que llegue a la gente, que denuncie, que grite al viento. Esos jóvenes que luchan por buscar un futuro fuera de la norma, y que a pesar de las dificultades, lo van consiguiendo día a día.
Mi amigo el cantautor no descansa. Suspira música, respira melodías y bosteza letras que regala con una sonrisa, siempre atento al público, regalándole bises cada vez que alguien lo pide - es un hombre fácil -, como quien regala rosas en un jardín de primavera.
Mi amigo el cantautor es capaz de sacarte una sonrisa cada noche, de soñar entre tartas de café, de cantarle a la ley antitabaco o a la generación ni-ni con una guasa socarrona que sólo se entiende en el Sur. En los conciertos, Alfonso nunca está solo. Porque el público que lo conoce sabe dónde tiene que encontrarlo. Porque todos los amantes de la buena música ya conocen ese rincón de magia en el que para el tren de la canción de autor.
Mi amigo Alfonso es un mago de la guitarra. Una persona que canta y sueña a partes iguales.